Días Normales

Días Normales

Lo que escribí en la noche de insomnio

Cuando la gente te observa, te lee, te analiza, ¿te ve realmente? ¿somos ello que nos han despojado de nosotras mismas?

Detrás de las columnas y fuertes de prejuicios desde más allá de la época medieval, que surcan nuestras concepciones, de toda la mente y sus intentos de derribar el horizonte, haciendo que se les incline, tiene, realmente alguna, si es que existiese alguna razón de mirar más allá si resistiese.
No confío ciegamente ni en mi intuición, de hecho creo que todas intentamos sentirnos bien con nosotras mismas, querernos, tolerarnos, admirarnos, recompensarnos, al dormir, cuando llega ese momento fatídico del frente a frente con el descanso profundo, es una práctica a la entrada de san pedro, una simulación del auto perdón, en esos momentos vivir el día a día se vuelve una carga que llevar.
Y no me refiero a la rutina y a la pordiosera "búsqueda de la felicidad" reniego de la imagen de postal, no la compro, imposiciones del monopolío de la fábrica de sueños y espectativas falsas, deseos imposibles de conseguir, o desgastantes y nada parecidos a la realidad que te mostraban, nuestras cabeza buscan de ello como animalitos hambrientos.
Y quizás, ¿por qué no? todo lo que pienso es falso, todo lo que creo y quiero es una falsa, es solo mío, no existe.
Hasta elimina mi existencia y para con ello, perdonarme, y finalmente dormir, pero no sé perdonar, de verdad, me duele de sobremanera, todo.
Y puedes pensar que soy estúpida, porque en cierta medida: lo soy, una perra malcriada criada con los lujos que muchos se hubiesen desgarrado por obtener, una víctima de sí misma, engreída , una burguesa que no sabe absolutamente nada de la vida, y ciertamente: lo soy, un sueño que valga el sueño? atesoro de sobremanera mi estabilidad, mi amor propio supera toda ofensa, por muy creativa, e hiriente: ya me la dije a mi misma, ten por seguro ello.
¿Y qué?
Si , me pinto como diferente les entretiene un poco más, como si escribiese con ese motivo...
Que acaso nos hemos y han metido tanto en la cabeza con lo de la treascendencia, el sacrificio y que quede algo, dejar rastro, como valor de todo actuar. Así esperando personitas perfectas, máquinas en lo que hacen, capaces de sobrevivir a todo mal.
Porque cuando llegas a este mundo, el paraíso de las esclavitudes por la puñetera manzanita de la discordia, la desigualdad, las caretas y el sistema dan un asco que marea , sin saber donde dirigirnos, la amabilidad puede terminar tarde, pero siempre vendrá algo que te lo recordará. Y sufrirás, porque no sabes afrontar el dolor.
No puedes evitar la realidad tanto tiempo, menos si vas detrás de ella.
Menos si te recita poemas suicidas por las noches

¿cuál es el sentido?

En las noches, cuando baja la temperatura del medioambiente y el cuerpo activa su maquinaria para generar calor, vuelve la cálida adolescencia, los llantos de profundo sufrimiento masturbatorio, donde lo mejor es no sentir, incapaz, a veces, de soportar, que nos cuelgue el severo yugo alrededor del cuello.
Preferir morir con mente intacta, es porque no hay algo por ahí que me pueda llevar más allá, ni ser, ni estar ni proyectar más allá, para detonar algo en la bomba de reloj que reside en mi interior, que de alguna vez por todas la entropía esté tranquila.
Pudiese escaparse la vida en la razón del valor, sin embargo para nadie importase, productos con fecha de caducidad que se agotan, pudriéndose en el lecho por días, consumiéndose. Ni por tener muchos hijos, ni la historia y sus hitos que podrían inmortalizar la historia del hombre, te retornarían eternamente en una sociedad con una mente sin recuerdos.
Así que goza, juega, siente, reconéctate con tu niña interior y descubre que las cicatrices de la mente no te permitan vivir con miedo de vivir mal, que esa imagen del vivir mal hoy, fue un lujo en el pasado, vuelve a la naturaleza, busca los bosques, encuentra tu sagrada animal primitiva, no seas una más, saca el código de barra y relájate en los instantes que se te permita. Desde el abismo te grito que vuelvas. No desprecies al resto, no compares, deja ya de competir, de hacer de la vida una tortura, da respiros, reúnete y rehuye de la tortura esclavista del hombre por el hombre, más si eres mujer.
Léanse, escúchense, ámense y exploten, desde la comprensión de la otra realidad, de la otra mentalidad, del "por qué", desconfía hasta de tus instintos y lee lo que la sociedad te impuso, cuestiónatelo.
A sus anchas que se expanda, aprender de errores, buscar nuevamente el norte, detenerse, re-plantearse.
Ahora mismo ¿Para qué vivo? ¿Para darle vida al resto o para mi? No eiste el idílico mundo feliz, siempre van a existir personas insaciables, malagradecidas, como tu o como yo a veces, que teniendo todo para ser felices lo desperdiciamos, como una ficha que tiramos al basurero, el ticket dorado que despreciamos. Mientras a unas no nos llena el vivir en desigualdad, otros andas por la vida dejando de sentir, de mirar, de pensar.
No sé por qué lo hice, realmente, o por qué, peor aún, lo sigo haciendo y no me hago cargo, echarle la culpa a la enfermedad es demasiado simple, a la vida, al capital, a la sociedad, a lo que sea, sería demasiado simple, es un cosmos complejo que me arroja a la tierra, no estoy lista, aún no entiendo y por eso tiendo así mi mano, buscando a quien pudiese sostenerla, quien pudiese darle descanso a mi corazón con una historia sin horarios, sin el discurso monótono de las mentes bien construidas y sanas en esta podrida forma de vivir que tenemos.
No quiero que nadie me rescate, ni un Dios que baje. El nirvana soy yo y a quienes busco son esperanzas de no vivir en soledad, habito en la música, en un beso, en un sueño, en el sol de doce en la nuca, cuando sales de una fría sombra, soy la nave que transporta el fluido del éxtasis de la energía, innumerables hojas visten la mañana fría para cuando me encuentra el sol.
La noche de esa misma adolescencia, donde te querías quitar la vida, por únicamente cualquier motivo lógico-racional, y te entregaste....
Sin desconfiar, sin mirar atrás, donde cré
ate un lugar sentimental que alimenta tu fé de vivir, cuando le dijiste a tu mejor amiga que lo era y por qué, cuando abrigaste a tu madre, abuela, padre, abuelo, hermana o hermano y le entraron al día, bajando de la montaña rusa, ese día se existió, más si fuese el último donde todo podía salir bien.
Y sino, tampoco importase porque se tenían, y ese tener se recubre de un poder indestructible.

¿Eso podría ser?

El instante de sujetar la mano, es el contacto, nuestra trascendencia se condice a las relaciones que entablamos, pero, ¿la justicia?, esto nuevamente nos condena en lugares adversos, alienados, lleno de personas que te quieren muerta, ¿cuál es el sentido?, la mano que se estrecha es con medio oriente, con latinoamérica, con la resistencia, el abrazo de descanso, la paz del hogar.... El bienestar de gozar de su libertad, de imaginar, desear y hacer. De volar
El derecho al goce y de vivir el ocio en autodeterminación constructiva y creativa para nutrir el ser.


Sabemos, que pese a que no nos conocemos, los deseos, el descanso y la paz nos da amor.
¿Para qué nos seguimos engañando?

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